A lo largo del año, los deportistas sufren los cambios de temperatura de cada estación. Con el frío debemos protegernos con varias capas de ropa y con el calor buscamos las horas más suaves para salir a entrenar.
Lógicamente, la temperatura influye en nuestra salud y en nuestro rendimiento. Pero realmente ¿sabemos si es mejor entrenar con frío o con calor?
Cada persona tendrá una preferencia a la hora de entrenar, pero generalmente una temperatura cómoda son los 21º. Pero tengamos en cuenta que al entrenar para una competición debemos hacerlos en las condiciones más parecidas a las que habrá ese día ya que el cuerpo necesita un tiempo para aclimatarse de forma gradual.
Entrenar con calor
El entrenamiento de resistencia sostenido en el calor puede tener un beneficio inusual: puede hacer que rindas mejor en los climas más frescos.
Riesgos:
Tengamos en cuenta que entrenar con calor puede ser peligroso debido a que el cuerpo también aumenta su temperatura durante el entreno. Si el ejercicio se realiza en climas calurosos se ejerce una presión extra en el corazón y los pulmones, sobre todo si el aire es húmedo.
El cuerpo utiliza unos mecanismos de refrigeración para enfriarse durante el entrenamiento y así ajustar la temperatura más alta disipando el calor a través de la piel mientras aumenta la transpiración. Si a esto le sumamos la temperatura elevada de los climas calurosos podemos provocar el fallo de los sistemas de enfriamiento.
Estos fallos en la refrigeración corporal pueden provocar enfermedades como el golpe de calor. Para evitarlo, al hacer ejercicio con calor debes hidratarte correctamente, usar ropa ligera y ponerte protección solar si lo haces al aire libre. También para de inmediato el entrenamiento si sientes mareos o fatiga.
Beneficios:
Por otro lago, como beneficios para el rendimiento podemos tener en cuenta que durante el ejercicio el cuerpo envía sangre tanto a los músculos para que puedan realizar el ejercicio como a la piel para regular la temperatura. Con los entrenamientos a altas temperaturas el cuerpo siente que necesita más sangre y comienza a producir plasma mejorando tu rendimiento en estas condiciones. El aumento de sangre puede estimular el corazón y aumentar la capacidad de oxígeno en la sangre.
Entrenar con frío
Riesgos:
Hacer ejercicios en climas fríos también conlleva una serie de riesgos para la salud debido a la posibilidad de hipotermia.
Al entrenar con un clima muy frío debemos vestirnos con capas de ropa que se puedan ir quitando poco a poco una vez comencemos a sudar y volvamos a ponerlas cuando el cuerpo comience a enfriarse de nuevo. Es también necesario usar material de protección para la cara, orejas, manos y pies cuando las temperaturas sean muy extremas.
Debemos extremar la precaución cuando la temperatura baja de los 17º o si el viento aumenta la sensación de frío. Las personas que además tengan problemas de salud como el asma o problemas en el corazón, deberán consultar con el médico antes de realizar estos entrenamientos.
Beneficios:
El principal beneficio a la hora de entrenar en temperaturas bajas es que se regula mejor la temperatura y esto se traduce en que se puede hacer más ejercicio durante más tiempo. Esto lo podemos utilizar en nuestro beneficio ya que aumentamos la frecuencia y dureza de los entrenamientos consiguiendo un mayor rendimiento.
Otro beneficio sería que aumenta las calorías quemadas que suele ser el beneficio más populares entre los deportistas ya que esto conlleva a una pérdida de peso mayor.
¿Es mejor entrenar con frío o con calor?
A la hora de entrenar, la temperatura óptima es de entre 20 y 22º aunque es verdad que cada persona tiene preferencia por una temperatura u otra teniendo en cuenta la cantidad de sudoración individual. Pero por lo general la temperatura ideal son los 21º para la mayoría de los deportistas. Por eso en entrenamientos de interior se puede regular la temperatura ya sea con aire acondicionado o con ventiladores. Aunque la temperatura ideal también varia dependiendo del tipo de entrenamiento.
A evitar
Hay que tener mucho cuidado con las tendencias que existen en lo referente a la pérdida de peso. Y es que muchas veces se cree que entrenar con prendas como sudaderas o incluso ropa de plástico aumenta los efectos del entrenamiento y genera más sudor. Pero realmente esta sudoración extra no hará que quemes calorías que es lo que hace que bajemos de peso, sino que elevará la temperatura de tu cuerpo y perderás agua, no grasa.
Esta práctica hace que puedas deshidratarte de forma más rápida e incluso que sufras enfermedades relacionadas con el calor. Por esto, es mejor entrenar con ropa ligera y transpirables que no absorban el calor pero sí el sudor.
Diferencias entre entrenar en invierno y en verano
1. La hidratación: el organismo necesita una mayor hidratación en verano y es recomendable realizarla e forma continua en pequeñas cantidades a lo largo de todo el día y no solo durante el entrenamiento. En invierno no debemos olvidar la hidratación pero puede ser más espaciada en el tiempo.
2. La ropa para el entrenamiento: en verano necesitamos equiparnos con una ropa ligera y transpirable, que absorba el sudor y no el calor, mientras que en invierno debemos vestirnos con capas de ropa.
3. Aportar calorías: las calorías consumidas en verano son menores que en ivierno y por esto debemos consultar con un profesional el aporte calórico que debemos tener durante el invierno dependiendo del tipo de entrenamiento que realicemos.
4. Elegir el momento del día para entrenar: en verano siempre debemos elegir las primeras horas de la mañana o las últimas del día para evitar el calor y la humedad, mientras que en invierno debemos tener en cuenta el viento y no tanto el sol, ya que este aumenta la sensación de frío.
5. El calentamiento: debemos hacerlo de maneras más exhaustiva en invierno ya que la temperatura es menor que en verano y por eso necesitamos calentar más para alcanzar una temperatura corporal alta ya que los músculos estarán contraídos por el frío. Para que el calentamiento sea lo más efectivo posible en invierno se recomienda hacerlo siempre a cubierto sobre todo si la temperatura exterior es inferior a 5º. En verano podemos realizar un calentamiento más suave y en el exterior.
6. El sudor: en invierno también suda pero en verano el sudor aparece antes y de forma más intensa, ya que es la forma que nuestro cuerpo tiene para regular la temperatura, de ahí la importancia de la hidratación.